jueves, 28 de noviembre de 2013


Arabescos de Guantánamo sale al mundo con la esperanza de crecer y servir. A quienes hemos decidido apoyar este proyecto no nos mueve más interés que el de ser útiles a la sociedad guantanamera.
Adoptamos este nombre partiendo del libro Arabescos mentales, que al publicarse en 1913 convirtió al poeta, historiador, jurista, pintor, periodista y profesor Regino E. Boti en la figura más significativa de la lírica nacional y en el primer gran poeta cubano del siglo XX. El nombre es una forma de tributar nuestro homenaje a este hombre que es una gloria de Guantánamo y de Cuba.
Tenemos todo el derecho de expresar nuestra forma de amar y defender a nuestra Patria. Pretendemos reflejar con un lenguaje directo y sencillo nuestras ideas y la extraordinaria riqueza cultural y social de Guantánamo. Nuestro proyecto está abierto a todos los intelectuales de buena voluntad, independientemente de su ideología. Por tal razón hemos invitado a varios compatriotas que se encuentran en el exilio, pero que aún lejos de la patria continúan trabajando a favor de la cultura guantanamera y soñando con el bienestar de todos los cubanos.
Esta revista nace bajo el amparo del artículo 1 de nuestra Constitución, que establece claramente: Cuba es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana.
Luchar para que ese artículo de nuestra Constitución se haga realidad es otro de nuestros objetivos. Sólo Dios sabe si lo lograremos.
Fragmento del “Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba”, hecho público en Manzanillo el 10 de octubre de 1868.
“Cuando un pueblo llega al extremo de degradación y miseria en que nosotros nos vemos nadie puede reprobarle que eche manos a las armas para salir de un estado lleno de oprobio. El ejemplo de las más grandes naciones autoriza este último recurso. La Isla de Cuba no puede estar privada de los derechos que gozan otros pueblos y no puede consentir que se diga que no sabe más que sufrir. A los demás pueblos civilizados toca interponer su influencia para sacar de las garras de un bárbaro opresor a un pueblo inocente, ilustrado, sensible y generoso. A ellas apelamos y al Dios de nuestra conciencia con la mano sobre el corazón. No nos extravían rencores, no nos halagan ambiciones: sólo queremos ser libres e iguales como hizo el Creador a todos los hombres”.
Fragmentos del Acta de “El Rosario”, Acuerdo del Levantamiento del 10 de octubre de 1868.
“Al Dios de nuestras conciencias apelamos, y al fallo de las naciones civilizadas. Aspiramos a la soberanía popular y al sufragio universal. Queremos disfrutar de la libertad para cuyo uso creó Dios al hombre. Profesamos sinceramente el dogma de la fraternidad, de la tolerancia, y de la justicia, y considerando iguales a todos los hombres, a ninguno excluimos de sus beneficios; ni aún a los españoles, si están dispuestos a vivir en paz con nosotros. Queremos, que el pueblo intervenga en la formación de las leyes, y en reparto e inversión de las contribuciones. Queremos abolir la esclavitud indemnizando a los que resulten perjudicados. Queremos libertad de reunión, libertad de imprenta y libertad de conciencia; y pedimos religioso respeto a los derechos inalienables del hombre, base de la independencia y de la grandeza de los pueblos. Queremos sacudir para siempre el yugo de España y constituirnos en nación libre e independiente”.

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